Glaucoma

¿Qué es el glaucoma?

El glaucoma es una enfermedad de los ojos, que, excepto en los casos agudos, evoluciona durante muchos años sin que el paciente note ningún síntoma.
El problema, habitualmente es que la presión de los ojos está elevada, esta presión depende de un líquido denominado humor acuoso y tiene un valor normal (10 a 21 mmHg en el adulto). Mantener esta presión dentro de los valores normales depende de un delicado equilibrio entre la cantidad de humor acuoso que se produce y la que sale. Cuando este equilibrio se encuentra alterado, aumenta la presión intraocular y esta presión, daña paulatinamente las fibras del nervio óptico que es el encargado de transmitir las imágenes captadas por cada ojo hacia el centro de la visión en el cerebro. Y como consecuencia, se producen zonas ciegas (escotomas) en el campo que abarca nuestra mirada (campo visual).
La primer línea de tratamiento del glaucoma es mediante gotas oftálmicas (colirios) con drogas hipotensoras. Cuando el descenso buscado de la presión ocular no es suficiente se combinan dos ó tres drogas. Si aún asi no se logra una presión ocular segura (“presión target”) en ciertos casos se puede intentar un descenso adicional con aplicaciones de láser sobre el trabeculado o bien realizar una cirugía.

En qué consiste la cirugía de glaucoma con la técnica denominada trabeculectomía?

La cirugía del glaucoma tiene como objetivo descender la presión ocular para intentar detener o enlentecer el daño progresivo de las fibras del nervio óptico.

Son cirugías que habitualmente se efectúan con anestesia local. La inyección del anestésico se realiza en los tejidos que rodean al globo ocular. En general, las técnicas que más se utilizan buscan facilitar la salida del humor acuoso fuera del ojo. Como la mayor resistencia que encuentra el humor acuoso para salir fuera del ojo se encuentra en la rejilla (trabeculado) ubicado en el fondo del ángulo de la cámara anterior, muchas técnicas quirúrgicas para tratar el glaucoma buscan “saltear” ó quitar parte de ese obstáculo. Para lograrlo abren una nueva vía de drenaje La técnica tradicional es la trabeculectomía. En ella se extirpa un segmento del trabeculado —“rejilla” — y el humor acuoso drena hacia una ampolla que se origina en la superficie del ojo por debajo de una membrana denominada conjuntiva. En la trabeculectomía el cirujano penetra en el interior de la cámara anterior del ojo para extirpar una pequeña parte del iris periférico (iridectomía). Para alcanzar niveles aceptables de presión ocular en ciertos casos estas técnicas quirúrgicas
requieren de procedimientos complementarios en el postoperatorio, por ejemplo: inyecciones en la superficie del ojo de “antimetabolitos” (ejemplo 5 Florouracilo) para controlar el proceso cicatrizal intentando evitar que se genere una “barrera fibrosa-cicatrizal” que pueda rodear y bloquear la ampolla subconjuntival de filtración. Otros procedimientos complementarios en el post operatorio pueden ser: aplicaciones de rayo láser, liberación de puntos de sutura, reapertura de las vías de salida o de la ampolla de filtración (“needling”), etc.

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